sábado, 9 de agosto de 2008

PLANIFICACION FAMILIAR PARA VIVIR MEJOR




Por Claudio Chaparro. La República

Remigio Nanza y Silvia Díaz se conocieron en su humilde barrio en San Juan de Miraflores y se enamoraron mientras estudiaban carreras paralelas. El afán de culminar sus estudios, tener un lugar propio donde vivir y hasta ver crecer su familia, lo atribuyen a algo específico: concibieron los hijos que realmente deseaban tener y lo hicieron en el momento elegido.


"Nosotros nos casamos en el año 2000 –revela Remigio–, después de siete años de ser pareja y tras acabar nuestros estudios. Recién al año de casados decidimos tener un hijo. Lo pensamos bastante. En mi caso, el tema de la planificación lo escuché desde el colegio".


Cinco años después del nacimiento de su primer hijo, decidieron aumentar la familia, y hoy tienen otro pequeño, que tiene cuatro meses de nacido. "Lo que Silvia y yo resaltamos –agrega–es que nuestro segundo hijo nació cuando la familia ya estaba bien establecida. Me refiero a que ya llevábamos varios años como profesionales y teníamos una casa propia. No pretendemos ser ejemplo, simplemente creemos que la información sobre planificación familiar nos ayudó.


Creo que si hubiera tenido mi primer hijo cuando recién conocí a mi esposa, lo más probable es que ni siquiera hubiésemos terminado ambos nuestras carreras".El testimonio de Remigio y Silvia, poco a poco, empieza a replicarse en el Perú.


Sin embargo, si bien es cierto que la tasa de fecundidad ha descendido –a base de mayor información sobre planificación familiar y otros factores– ello ocurre, mayormente, en mujeres en edad adulta o madura (mayores de 25 años), pero no entre las adolescentes (mujeres entre 15 y 19 años).


Según sostiene Esteban Caballero, representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el avance de la planificación familiar en el Perú tiene una tendencia al alza y a largo plazo en cuanto al uso de métodos anticonceptivos modernos.


"En el Perú estamos en un estadio de transición demográfica –asegura Caballero–. La tasa de prevalencia de anticonceptivos modernos ha crecido. La planificación tiene que ver con la salud reproductiva en general, ayuda a que los embarazos sean deseados y oportunos y en la edad adecuada".


Sin embargo, Caballero incide en la aún insuficiente información en adolescentes sobre temas de planificación familiar. Y es que la adolescente de hoy será mañana madre y formará también una familia.


"Las niñas o adolescentes que se embarazan tienen muchas posibilidades de sufrir algún daño, sea infertilidad o hasta la muerte. Es que muchas veces esos embarazos acaban en abortos clandestinos. Si eso les ocurre a esa edad, es muy probable que se repita cuando ya tengan una familia, por puro desconocimiento.


Eso genera la necesidad de introducir más programas e información, sobre todo en los colegios. Ya existe en la secundaria, pero hay que darles a los docentes más elementos para orientar a los alumnos. Es hora de fortalecer ese aspecto", señala el representante del organismo internacional.


AYUDA PARA PROGRESAR


Carmen Condori revela que, junto a su esposo, optó por elegir un método de planificación familiar. Y cuenta que eso se debió a una decisión responsable según la realidad que vivían ella y su pareja.


"Fuimos conscientes de la situación económica que atravesábamos, y qué tipo de educación y vida queríamos darle a nuestro hijo.


Los dos trabajábamos, pero nuestra situación requería de planificación y aceptamos la recomendación del centro de salud. Y creo que fue la mejor decisión. Hemos estabilizado nuestra familia según nuestras posibilidades y, gracias a ello, ya pensamos, más adelante, en tener otro hijo", dice Carmen.


Lo dicho por Carmen Condori genera otra reflexión en Caballero. "El avance de la planificación familiar en el Perú tiene mucho que ver con el crecimiento de la mujer en lo profesional y su posicionamiento en la sociedad.


Hay mayor difusión de los programas de planificación, pero también responsabilidad por parte de las parejas respecto de cómo vivir, cómo educar a sus hijos, y eso incide en el crecimineto profesional.


Esos testimonios son gratos. Pueden ser parejas humildes que se enamoran, pero estudian y forman su familia.


El método los ayuda a progresar", afirma. Respecto de métodos de planificación, Caballero refiere que los tradicionales, como el del ritmo, el de Billings o moco cervical, entre otros, aún tienen prevalencia entre las mujeres peruanas. Sin embargo, indica que los métodos modernos como el preservativo, la píldora anticonceptiva, el inyectable, la T de cobre o la anticoncepción temporal de emergencia, tienen un uso que va en aumento.


"Uno de los más consumidos en el Perú –señala Caballero– es el inyectable, porque se aplica cada tres meses. En la zona urbana se usa mucho la píldora anticonceptiva. La T de cobre es bastante útil y accesible. En el caso de personas que no tienen relaciones sexuales estables es más recomendable el condón ya que ofrece doble protección, porque también previene enfermedades sexuales".


El aspecto sociocultural en cuanto al embarazo –refiere Caballero– también se debe trabajar en el Perú.


"En la zona indígena o amazónica, por ejemplo, el embarazo le da a la madre un estatus distinto. Y muchas veces se busca afanosamente. Ese tipo de enfoques no hay que dejarlos de lado. Es una valoración distinta del embarazo que la planificación no puede soslayar".


FECUNDIDAD VARIANTE


El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) busca que todo embarazo sea deseado, los partos seguros y los jóvenes estén libres del VIH y de otras enfermedades de transmisión sexual. Además, ayuda a los países en la utilización de datos sociodemográficos.


Precisamente, un reciente estudio de la UNFPA revela que el 71.3% de las mujeres peruanas usa algún método anticonceptivo, ya sean tradicionales o modernos. De ellas, sin embargo, solo el 23.7% recurre a métodos modernos. Asimismo, en el Perú la fecundidad ha descendido.


En los últimos veinte años el descenso ha sido del 40%: en 1986 el promedio era de 4.3 hijos por mujer y en el 2006 de 2.6. Aún así, las mujeres del área rural tienen casi el doble de la fecundidad que las mujeres de las ciudades.


Las regiones con dos o menos hijos por cada mujer son Tacna, Arequipa, Moquegua y Lima, mientras que en Loreto y Huancavelica se supera la cifra de cuatro hijos por mujer.

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