“Una mirada diferente a la información”
SEMlac Reportajes
Cuba: No a la violencia desde la comunidad
Por Raquel Sierra
Involucrar a las personas y a sus líderes naturales puede contribuir a cambios favorables en la
conducta, incluso, en temas tan complejos y multifactoriales como la violencia.
Varios proyectos en localidades de La Habana, la capital cubana, indican que, a partir de la
apropiación de conocimientos, la comprensión y la sensibilización, es posible romper viejos mitos y
comenzar a ver la vida con otro prisma.
Párraga es un viejo barrio de la ciudad. Desde sus inicios, allí se asentaron personas de escasos
ingresos y se hizo fuerte la práctica de cultos de origen africano.
Desde su puesto de barbero, Orlando Berrios conoce el barrio, su gente y detalles de sus creencias
religiosas. Por eso sabe de las interpretaciones alrededor de la hombría. En la barriada, el
desconocimiento llevaba a que no pocos jóvenes adoptaran posturas violentas, como una supuesta
señal de pertenencia a asociaciones de origen afrocubano.
"En su proyecto de hombría, los adolescentes asumen esos patrones en el modo de comportarse,
no así en la profundidad de la liturgia y la religión. El culto abakuá es en sí una fraternidad negra,
pero su esencia se distorsionaba y se asociaba a la violencia", relata Berrios a SEMlac.
De raíces africanas, con seguidores en diferentes regiones de la isla e integrado solo por hombres,
el culto abakuá promueve el amor y respeto a la familia y los otros miembros de la agrupación.
Entre cortes y afeitadas trata de hablarles a las personas de la violencia que ha existido
tradicionalmente, con el fin de disminuirla. Lo escuchan por el respecto que se ha ganado y sus
palabras y reflexiones se integran a un proyecto desarrollado en la localidad para promover la no
violencia.
Bárbara Battle, especialista principal del proyecto Amanecer del Taller de Transformación Integral
del Barrio, explica que trabajan en la modificación de la violencia de género, para lo cual se creó un
grupo interdisciplinario de investigación, que integra a su vez a instituciones de educación, salud y
las organizaciones barriales.
"Se trata de aprovechar la concurrencia de varones para prevenir y deslegitimar la imagen violenta
del hombre que se transmite de generación en generación", dijo el barbero de Párraga
"El espacio de la barbería y el barbero, uno de los líderes naturales, han contribuido a promover el
diálogo intergeneracional para fomentar la disminución de los hechos de violencia por motivos de
género", indicó Battle, en septiembre pasado, durante un taller relacionado con la exposición
itinerante latinoamericana "Hacia una paz con justicia de género", iniciativa de la Red
Latinoamericana de Género y Paz "Construyendo juntxs".
Como no pocos hombres de allí son reacios al tema, Berrios ha desarrollado un "sexto sentido"
para reconocer cuándo alguien tiene un problema y se hace escuchar con sus criterios sobre el
respeto a los otros y cómo seguir una conducta pacífica.
En opinión de Battle, en proyectos de este tipo es conveniente emplear los espacios informales con
propuestas que lleguen tanto a niños y niñas como a personas adultas, pues a veces no están
acostumbrados a participar en talleres. "Hay que partir del análisis de las características del barrio
y, aunque falta mucho por hacer, ahí estamos", sostiene.
En el Canal, en el Cerro
Esperanza Cantillo es la especialista principal del Taller de Transformación Integral del Barrio El
Canal, en el municipio del Cerro, en la capital cubana. La localidad, de 0,6 kilómetros cuadrados,
tiene una población de más de 18.000 habitantes, alta densidad poblacional y muchas personas de
la tercera edad.
Viviendas en regular y mal estado, en su mayoría; mujeres jefas de hogar, prácticas de cultos
afrocubanos y señales de violencia de género conforman un panorama de alta vulnerabilidad social.
"Hay violencia contra ancianas y ancianos, mujeres que habían sido víctimas del maltrato se
convirtieron luego en victimarias de sus hijos. El tema se trabajó inicialmente en 2005, en la
comunidad abakuá, al ver los resultados obtenidos en otra barriada capitalina, con apoyo del Grupo
de Reflexión y Solidaridad Oscar Arnulfo Romero. Hoy se sigue por muchos otros rumbos", dice
Cantillo a SEMlac.
Promover una cultura contraria a la violencia no ha sido sencillo. Han tenido que tocar puertas y
puertas, convencer de la existencia del fenómeno al interior de los hogares, quitarles a no pocas
mujeres la venda que les turbaba el entendimiento sobre el asunto.
"Ahora insertamos en el trabajo a las organizaciones del barrio, a las fuerzas de la policía, porque
en las fiestas nocturnas de los sábados (conocidas como bonches) generalmente hay un ambiente
explosivo que puede desencadenar hechos violentos", confiesa.
Para aprovechar la privilegiada ubicación de la Casa Comunitaria, en la calle más importante del
municipio del Cerro, agrega, se proyecta ubicar en ese espacio un buró de información para que
mujeres y hombres puedan obtener y mostrar materiales sobre la violencia, así como recibir
consultas con una especialista del policlínico de la zona.
(Solicite envío de trabajo completo a
semcuba@ceniai.inf.cu)
Perú: Mujeres migrantes, más vulnerables a violencia y abuso sexual
Por Zoraida Portillo
Aunque en términos generales los maltratos físicos y sexuales que padecen las migrantes son
similares a los que sufren quienes viven en sus países de origen, esas mujeres se encuentran más
vulnerables pues la mayor parte de las veces desconocen la existencia de servicios legales a los
que pueden acudir, independientemente de su situación legal
Así lo destacó María José Fletcher, abogada especializada en violencia doméstica y trata de
personas y supervisora del Centro de Defensa del Inmigrante de Florida. Ella estuvo en Lima la
tercera semana de septiembre, invitada por la embajada de Estados Unidos, para reunirse con
organizaciones de mujeres, periodistas y autoridades del Ministerio de la Mujer (MIMDES).
“Tenemos la obligación de dar asistencia e impartir justicia a todas las personas que forman parte
de una comunidad, legales o ilegales, hetero u homosexuales”, remarcó y dijo que eso es válido si
la agredida vive en su país o en uno extranjero.
Fletcher destacó que la violencia contra las mujeres no sólo deja secuelas físicas y emocionales
sino profundas heridas en su autoestima que posibilitan que sean las propias mujeres quienes
perpetúen situaciones de maltrato y humillación con sus hijas y congéneres.
“Las mujeres maltratadas crían a sus hijas bajo el mismo patrón (patriarcal), haciendo por ejemplo
que las niñas atiendan a los hermanos varones, dándoles de comer menos raciones de comida o
en platos más chicos, generando así que el varón se sienta superior y con derecho a ser atendido”,
señaló durante una teleconferencia desde la sede de su embajada en Lima.
Mediante esta herramienta tecnológica, Fletcher pudo entablar contacto con organizaciones de
mujeres y ONGs de todo el país, e incluso de otras naciones de la región, quienes además tuvieron
oportunidad de formularle preguntas directamente desde sus computadoras.
Se produjo así un interesante intercambio de ideas y opiniones, donde las y los participantes
aprovecharon para conocer su experiencia en la representación legal que Fletcher realiza en
Florida con mujeres y niñas inmigrantes que son objeto de violencia doméstica, trata de personas y
otros delitos contra sus derechos ciudadanos.
Ante una pregunta concreta de la representante del MIMDES, sobre una mujer colombiana que
vivía ilegalmente en el Perú y era víctima de maltratos por su pareja, pero cuyas denuncias no eran
atendidas por las autoridades dada su condición irregular en el país, Fletcher dijo que en esos
casos la víctima puede acogerse al derecho de asilo, si desea permanecer en ese país, o recibir
ayuda de las autoridades para retornar al suyo.
“Pero hay que tener mucho cuidado con esta última opción –advirtió— porque muchas veces el
agresor, que tiene libre entrada y salida de su país, puede ir a buscarla y agredirla; son casos muy
complejos”, reconoció.
Por ello, recomendó realizar campañas permanentes y masivas de información, sensibilizando a la
población para que tenga “tolerancia cero” frente a la violencia doméstica, dejando de lado excusas
como que se trata de asuntos privados de la pareja o la vida familiar, y para que sepa discernir
sobre el “bombardeo” a favor de la violencia que se produce diariamente desde los medios, la
música y la sociedad en general.
También instó a capacitar permanentemente a todo el personal involucrado en el tratamiento de
estos casos, incluyendo policías, autoridades judiciales, periodistas, ONGs y todos aquellos que, de
una forma u otra, tengan contacto o cercanía con niñas y mujeres maltratadas, como maestros y
maestras en las escuelas.
Y es que para ella, no basta con tener servicios de atención y acogida. Igualmente importante es la
manera de acercarse y tratar estos casos. “A veces, en nuestra desesperación por ayudar,
queremos solucionar el problema en cinco minutos y no es así, es parte de un proceso de
recomposición y reconstrucción que puede tomar años y hay que darle ese acompañamiento”,
sostuvo.
“Por ejemplo, hasta que el victimario no asuma la responsabilidad de sus actos no es aconsejable
que viva bajo el mismo techo”, añadió. También advirtió que si la víctima encuentra una barrera
para alejarse del victimario va a preferir volver con él, lo que se hace más evidente en el caso de
las mujeres rurales, sin acceso a carreteras, casas de acogida, policías o incluso con problemas de
idioma.
Recordó que el maltrato comienza con la agresión física, pero luego sobreviene el temor y la propia
víctima encontrará excusas para no irse. “La víctima está predispuesta a creer en las justificaciones
y excusas del maltratador y volverá con él por los hijos, por amor, o por la esperanza de que va a
cambiar…además, tampoco hay que olvidar que quien maltrata es muchas veces quien provee el
alimento”, precisó.
“Tenemos que escucharlas con la mente abierta, sin prejuicios culturales o de otra índole,
permitiéndoles narrar su historia en el estilo que les es familiar, sin precondicionamientos”,
aconsejó.
(Solicite envío de trabajo completo a
semcuba@ceniai.inf.cu)
Violencia de género es asunto público
La violencia contra la mujer en AméricaLatina debe asumirse como un tema
nacional y no como un asunto privado,
porque afecta a los países en su
conjunto, señaló la presidenta de la
Comisión Interamericana para la Mujer,
Wanda Jones.
En su discurso, al inaugurar la 35
Asamblea General de la Institución
dependiente de la Organización de
Estados Americanos (OEA), a inicios de
noviembre, mencionó que la violencia
contra las mujeres aumenta, incluyendo
la relacionada con el narcotráfico y el
crimen organizado.
Consideró que a pesar de los avances
en la región se debe poner énfasis en
eliminar la violencia, garantizar los
derechos económicos de las mujeres,
su seguridad en las calles y su
capacidad de representación política.
Jones dijo, además, que si bien en el
siglo XX se dieron avances
significativos, en el XXI hacen falta otros
pasos importantes para garantizar el
pleno ejercicio de los derechos
económicos, políticos y sociales de la
mujer.
A su vez, el secretario de Relaciones
Externas de la OEA, Alfonso Quiñones,
destaco que desde 1975, cuando se
efectuó en México una convención
sobre mujeres a nivel continental, se
advirtió que el género enfrentaba retos y
discriminación y que ahora sucede lo
mismo.
El funcionario detalló que a nivel local
menos de 10 por ciento de las alcaldías
las gobiernan mujeres y lo mismo
ocurre en los congresos. Hoy los
desafíos respecto a las mujeres tienen
que ver con violencia, pobreza,
migración, inseguridad, derechos
humanos y falta de acceso a la justicia y
a la salud reproductiva, expresó.
También el empleo es desigual y en
promedio las mujeres en América Latina
trabajan de cuatro a cinco horas más
que los hombres, tanto en la oficina
como en el hogar, agregó Quiñones.
ONU contra violencia en pueblos
indígenas de México
Cinco agencias de la Organización de
Naciones Unidas (ONU) presentaron en
la última semana de octubre un
programa conjunto de intervención en
varias comunidades indígenas de
Chiapas y Oaxaca, estados del sur de
México, con el que pretenden prevenir
la violencia de género.
"Es la primera vez que en México existe
un programa intergencial de la ONU
específicamente dedicado a prevenir la
violencia contra las mujeres en
poblaciones indígenas", explicó a la
agencia EFE Verónica Zebadúa, la
coordinadora de la iniciativa.
El programa, que durará tres años, será
financiado con un millón de dólares por
el Fondo Fiduciario de la Organización
de las Naciones Unidas para Eliminar la
Violencia contra la Mujer y busca una
implementación efectiva del marco
jurídico sobre violencia contra las
indígenas en esos dos estados del sur
del país, trabajando con mujeres
adultas, pero también con los varones y
con niños y adolescentes de los dos
sexos.
"El principal interés era acercarse a las
comunidades indígenas y éstas en
nuestro país se concentran en el sur.
Chiapas y Oaxaca se escogieron
porque son dos de los estados con
mayor pobreza y con mayor población
indígena", añadió Zebadúa.
La ONU espera también desarrollar en
las comunidades buenas prácticas
replicables por medio de la construcción
de un modelo integral de intervención
en violencia de género.
"A los tres años se quiere hacer una
evaluación cualitativa y cuantitativa para
determinar el impacto de las
intervenciones en la reducción de la
violencia contra las mujeres", agregó la
coordinadora de la iniciativa.
En la iniciativa participan el Gobierno
mexicano, a través del Instituto de las
Mujeres (Inmujeres) y las autoridades
de Chiapas y Oaxaca. También forman
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Navegando
parte la Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL), la
Unicef, el Fondo de Población (UNFPA),
el Programa de la ONU para el
Desarrollo (PNUD), y la Organización
de la ONU para la Educación, la Ciencia
y la Cultura (Unesco).
El Fondo Fiduciario de la ONU contra la
violencia de género es el único
mecanismo multilateral de concesión de
subsidios que presta apoyo a iniciativas
locales, nacionales y regionales para
erradicar la violencia contra las mujeres
y las niñas. Fue establecido por la
Asamblea General en 1996 y es
administrado por la agencia de las
Naciones Unidas para la Mujer.
Novias contra la violencia
Vestidas con trajes de novia, un grupo
de mujeres caminaron este octubre del
campus de la Universidad Autónoma de
Santo Domingo (UASD) para crear
conciencia sobre la necesidad de luchar
contra la violencia de género.
La marcha se realizó en
conmemoración del asesinato de la
dominicana Gladys Ricart, en Nueva
Jersey, en 1999, el mismo día de su
boda, por parte de su ex novio. Ricart
tenía 38 años.
Desde el año 2001 se realiza ese tipo
de actividad en Estados Unidos por
iniciativa de la dominicana residente en
esa nación, Josie Ashton, de la Oficina
de la Fiscal del Distrito de Miami. Ahora
se realizó pro primera vez en un país de
América Latina
“Buscamos que la gente tome
conciencia y entienda que como
sociedad debemos luchar juntos, no
dejar que lo judicial, el gobierno y la
policía lo resuelvan”, expresó Ashton
previo a iniciar la caminata desde el
aula magna de la UASD.
La joven mujer decidió conmemorar el
asesinato de su compatriota desde el
segundo aniversario del crimen y
representa en Ricart a todas las
víctimas de violencia doméstica.
En República Dominicana la marcha de
las novias se realizó en el marco del
XVI Congreso Internacional de Familia
celebrado en la UASD, organizado por
el Despacho de la Primera Dama, el
Comisionado de Apoyo a la Reforma y
Modernización de la Justicia y la
Facultad de Ciencias Jurídicas de la
UASD.
En la movilización estuvo presente la
procuradora de la Mujer, Roxanna
Reyes, quien llamó a las mujeres a
prestar atención a la información y a las
herramientas del empoderamiento para
que rompan el miedo.
“Las mujeres necesitan reconocerse
como víctimas, saber que tienen un
problema que les puede costar la vida y
buscar ayuda”, señaló.
La República Dominicana se convirtió
ayer en el primer país de América
Latina y el Caribe en realizar la “Marcha
de las Novias”, evento que se efectúa
en varios estados norteamericanos, con
el apoyo de distintas organizaciones y a
la cual se sumó en una ocasión la actriz
Salma Hayek.
Ashton emprendió en esa oportunidad
una marcha de 2,000 kilómetros desde
la casa de Gladys, en Ridgefield, Nueva
Jersey, hasta Miami, para de esa
manera hacer conciencia sobre la
violencia doméstica.
ÚNETE: Hombres contra el abuso
La campaña UNETE, de Naciones
Unidas, ha cumplido ya dos años
promoviendo una cultura de no violencia
contra las mujeres, a través de la cual
los hombres del Caribe intentan
desempeñar un rol más activo en la
promoción de un trato igualitario y no
machista.
La Directora Regional para América
Latina y el Caribe de esta campaña,
Nadine Gasman, aseveró que en la
última reunión en Barbados, a mediados
de octubre, ministros de diversos
países, representantes de la sociedad
civil y organizaciones no
gubernamentales dieron un nuevo
impulso al objetivo de poner fin a la
violencia contra las mujeres. El tema
decisivo fue la participación más activa
de los hombres del Caribe en esta
campaña.
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Gasman indicó que desde que el
Secretario General de la ONU hizo un
llamado especialmente importante a los
hombres, tanto líderes como a los
hombres comunes y corrientes, para
que se unan y hagan lo conducente
para poner fin a la violencia contra las
mujeres, las iniciativas, aunque aún
algo tímidas, no se ha han hecho
esperar.
Internet: un espacio peligroso
El mundo de Internet y las nuevas
tecnologías de la información (TIC) son
considerados valiosas herramientas
para el desarrollo de las sociedades.
Sin embargo, la falta de regulación
sobre su uso y mucho del material
colocado en dichos espacios se ha
convertido en una amenaza para la
integridad y la seguridad de las
adolescentes y las niñas.
Entre las agrupaciones que participaron
en el último encuentro de la campaña
UNETE en el Caribe, Gasman cita a
CARIMAN, Men Engage y Pro Mundo.
“Estas organizaciones vienen con una
propuesta muy importante que permite
pensar que la reflexión de las
masculinidades es una reflexión
esencial para poner fin a la violencia
contra las mujeres y para ver formas no
violentas de resolución de conflictos”,
dice.
De acuerdo con el informe
Por Ser
Niñas
, elaborado por la organización no
gubernamental Plan Internacional, el
escenario de la tecnología es uno de los
más crecientes en la actualidad, así
como la presencia de niñas y de
Estadísticas e investigaciones, según la adolescentes en las áreas urbanas.
experta, continúan confirmando que los
casos de violencia contra las mujeres
son perpetrados en su mayoría por
hombres directamente relacionados con
la víctima: generalmente las parejas,
maridos, ex maridos, novios,
convivientes y padrastros, entre otros.
Las TIC's representan experiencias
formativas de habilidades, de
comunicación y de participación, pero
también se han convertido en espacios
done cada vez aumentan niveles de
discriminación, de acoso sexual y
violencia machista, lo que las coloca en
una situación de vulnerabilidad ante
organizaciones delictivas que se
dedican a la trata y a la explotación
sexual comercial.
“Los representantes de CARIMAN
hacen un llamado a que los hombres
piensen bien qué quiere decir ser
hombres en el Caribe hoy, en el siglo
XXI. Que se cuestionen los estereotipos
de masculinidades que no le sirven ni a
ellos, ni a sus parejas, ni a sus familias,
ni a sus comunidades; y que a través de
esta reflexión hagan cambios
importantes en la forma en que se
relacionan”.
El Internet permite el establecimiento de
relaciones con desconocidos que
parecen seguras; de esa manera las
nuevas tecnologías se han convertido
en los principales objetivos de de estos
grupos criminales para cometer delitos
de lesa humanidad contra las niñas y
las adolescentes, destaca el
documento.
Gasman detalló que en el sistema de
Naciones Unidas se ha estado
trabajando en el área de violencia
contra las mujeres en varios aspectos,
entre ellos el fortalecimiento de los
marcos legales, la firma de
convenciones internacionales como la
de Belem Du Pará y la promoción de
fondos para los servicios a las víctimas
y sobrevivientes.
Constituye una forma de abuso
moderno que atenta contra la seguridad
y la integridad de esa parte de la
población, por lo que será necesario
que los Estados promuevan políticas
para fortalecer el liderazgo de las niñas,
crear sistemas de información o alerta y
garantizar la vigilancia para identificar
redes de explotación sexual en esos
espacios, concluye el estudio.
“La campaña llama ahora a coordinar
esfuerzos, a trabajar de forma integral y
a hacer esfuerzos extras para realmente
lograr esas transformaciones sociales
tan necesarias para poner fin a la
violencia contra las mujeres”.
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(Fuentes:
EFE, Listín diario, Radio
Nederland, Cerigua).
Informe Nacional sobre Violencia de Género en la Educación Básica en México
Este informe es el resultado de los esfuerzos de la Secretaría de Educación Pública (SEP) de
México en la búsqueda de hacer de las escuelas espacios libres de discriminación.
Para lograrlo resultaba indispensable contar con un diagnóstico completo y fiable, ya que a
pesar de que existen estudios de casos sobre violencia en escuelas, no se contaba con un
panorama nacional sobre este fenómeno en México ni en América Latina.
A partir de estas consideraciones, la SEP –con el acompañamiento técnico del Fondo de las
Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)-, encomendó al Centro de Investigaciones y
Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), la realización de un estudio sobre la
violencia de género en escuelas públicas primarias y secundarias, que incluye a las escuelas
indígenas y tiene representatividad nacional.
El trabajo de campo y de análisis derivó en la entrega de un informe final de investigación, así como en una base de datos sumamente rica en información, que incluye 230 variables y 1,207 campos.
Las variables abarcan temas tan diversos como las relaciones sociales entre niños y niñas dentro de las escuelas, las expectativas de vida, los estereotipos de género transmitidos desde el hogar o la docencia, la violencia entre pares y el acoso sexual, que ahora este servicio pone a disposición de sus lectores.
(Solicite el informe a
semcuba@ceniai.inf.cu)
Prevenir la violencia de género es luchar contra desigualdades sociales
Por Mareelén Díaz Tenorio, psicóloga, Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS)
(Especial para No a la Violencia)
Es posible encontrar opiniones diversas si se trata de precisar qué es violencia de género. De algún modo es entendible que se identifique el término con la violencia dirigida hacia la mujer y perpetrada por los hombres. La historia de la humanidad muestra en extensión, intensidad, frecuencia y modos de expresión, una tradición cargada, mayoritariamente, de violencias de los hombres contra las mujeres.
Señales
Sin embargo, en ese acontecer no se contienen todas las formas de violencia en función de las construcciones de género. En mi opinión, es más esclarecedor hablar de violencia de género como todo hacer o no hacer intencional, basado en desigualdades por razones de cosmovisiones de género construidas, que provoca daños físicos, psicológicos o patrimoniales y causa irrespeto a los derechos individuales.
La violencia de género es aquella que se desprende de la existencia de desigualdades causadas por el hecho mismo de ser mujer o de ser hombre y se aprecia también en el acceso a bienes materiales y espirituales de una sociedad. Entiéndase aquí acceso a bienes, poder, participación, oportunidades, toma de decisiones, formación, etcétera.
Vale también comprender que la violencia es susceptible de producirse en un contexto relacional intergéneros: de hombres hacia mujeres y de mujeres hacia hombres; e intragéneros: entre hombres y entre mujeres, basada siempre en desigualdades y asimetrías de poder. Las desigualdades se constituyen en inequidades o diferencias injustas, tienen su expresión en el ámbito público y en el privado, y se reproducen a partir de la existencia de estructuras sociales que favorecen relaciones de poder asimétricas; y/o culturas que permiten visibilizar y perdurar ese vínculo desigual como legítimo y natural.
Es de fácil reconocimiento la existencia de múltiples programas de tratamiento diferenciado a la mujer como parte de las políticas cubanas. Y en consecuencia, de indicadores que permiten valores favorables del Índice de Desarrollo de Género que disminuyen la brecha entre hombres y mujeres. No obstante, han sido identificados problemas que afectan la equidad con marcada desventaja para las mujeres.
Entre ellos, no exentos de múltiples contradicciones y ambivalencias, pueden mencionarse los siguientes: preeminencia de la mujer como jefa de hogar en familias diagnosticadas como pobres; discriminación ocupacional; falta de correspondencia entre la proporción de mujeres en el empleo y altamente calificadas, y las que ocupan puestos de dirección; diferencias salariales en tanto los hombres ocupan puestos de mayor remuneración (a pesar de la existencia legislaciones protectoras); poca participación en la toma de decisiones con relación al destino de los ingresos familiares cuando son altos; y distribución desigual del trabajo doméstico con sobrecarga para la mujer sin conciencia crítica de estas desigualdades en ambos sexos (más de 34 horas como promedio semanal en labores fundamentales, mientras los hombres emplean alrededor de 12 horas y básicamente en labores de apoyo). A esa larga lista puede sumarse también la casi exclusividad femenina en el rol de cuidadoras de menores, enfermos y personas de la tercera edad; el predominio del poder masculino en cuanto al control y distribución del presupuesto familiar (cuando la mujer aparece como controladora del presupuesto, se asocia más a familias de más bajos ingresos donde resulta difícil decidir sobre el destino de los recursos); el despliegue de estrategias familiares de enfrentamiento a la crisis y la reforma en las que las mujeres tienden a quedan ubicadas de puertas adentro, con la responsabilidad del trabajo doméstico y la educación de los hijos (hacia afuera, muchas repiten el trabajo doméstico para recibir remuneración), mientras los hombres despliegan estrategias que requieren ser ejecutadas fuera del hogar, reforzando el rol de proveedor y el plano de acción externo; identidades de género no aceptadas y existencia de violencia contra la mujer en sus diversos modos de expresión.
Pareciera que algunas realidades pertenecen más al ámbito privado y otras al mundo público. En realidad existe una articulación de vínculos con intermediaciones y condicionamientos mutuos.
Concepciones y prácticas cotidianas -públicas y privadas-, asociadas a cosmovisiones de género, indican la existencia bastante extendida de patrones sexistas tradicionales, portadores de desigualdades, en los que se muestran afectaciones para ambos sexos, pero con marcada desventaja para las mujeres.
Los modelos de distribución sexista no están desarticulados ni desmitificados en el plano social. La búsqueda de posibilidades emergentes de cambio en un contradictorio proceso de construcción y deconstrucción de roles tampoco ocurre espontáneamente. Se necesita intención y estrategias basadas en lo positivo para generar cambios y acciones afirmativas.
Las políticas sociales encaminadas a enmendar asimetrías genéricas en la vida pública y privada constituyen también una estrategia de prevención de la violencia de género. Mientras más se interiorice la necesidad de la equidad y se vayan cambiando valores sociales, debilitándose a su vez estructuras y culturas patriarcales, serán menos posibles comportamientos violentos como forma de control y dominación sobre las mujeres. Luchar contra desigualdades de género es la antesala directa de la prevención de la violencia de género.
Cuba ha demostrado la efectividad de políticas sociales globales, pero es necesario el énfasis en la focalización de brechas disímiles como las de género, necesariamente en interrelación con otras que se le articulan (territorio, raza, ingresos, generaciones, entre las más importantes).
Si mujeres y hombres no son iguales en el punto de partida, rectificar o modificar en la búsqueda de equidad implica la búsqueda de acciones afirmativas o positivas en el empleo de políticas, es imponderable la voluntad y la intención.
Toda esta trama compleja, presentada en pocos párrafos y asumiendo el riesgo de no ser lo suficientemente explícita, intenta resaltar la necesidad de concientizar la identificación de desigualdades y el accionar social sobre ellas, como vía integradora que permite prevenir la violencia de género y su reproducción.
Es de inestimable valor atender estas conexiones, en tiempos en los que se adoptan medidas dirigidas a reducir los gastos del presupuesto del estado; perfeccionar el sistema de gestión empresarial cubano; elevar los salarios, la calidad de los servicios y el nivel de vida de la población. En estos empeños, atravesar un proceso de reducción de plantillas considerablemente abultadas en el sector estatal de la economía cubana, requerirá visibilizar y atender desigualdades de género para no acentuarlas o reproducirlas en su accionar articulado en ámbitos públicos y privados.
Por una educación no sexista y antidiscriminatoria: El Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujeres (Cladem) y una docena de redes y organizaciones impulsan desde junio de este año la Campaña por una Educación No Sexista y Antidiscriminatoria para erradicar el sexismo de las aulas continentales. La Campaña está articulando movimientos y voluntades de redes, en 15 países de América Latina y el Caribe, hacia una educación que contemple las diferentes maneras de vivir de las personas y busca docentes, activistas y gobiernos con una actitud activa para una educación que no solamente frene la reproducción de estereotipos vinculados al raigambre patriarcal, homofóbico o racista, sino que los combata activamente desde la arena política con hechos
.
(Más información:
http://diariodelosandes.com/content/view/136927/105826/
.)
Bibliografía
Título: Sexualidad, salud sexual y reproductiva. Un derecho también de las mujeres lesbianas. Autora: Lic. Norma R. Guillard Limonta Referencia: Maestría en Estudios de Género Descriptores: Sexualidad, derechos.
Directorio de Mujeres
Un directorio de mujeres especialistas en cualquier rama del saber, científicas, artistas, escritoras, periodistas y creadoras en general. Una iniciativa de SEMlac para ampliar la presencia de la mujer en los medios de comunicación. Para sumarse, envíe sus datos a nuestra dirección electrónica Nombre, Especialidad, Institución, Publicaciones (incluir fecha de edición) u otro tipo de obra, Temas de interés, Localización, e-mail.
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Postgrado Internacional Género y Comunicación
La Habana del 8 al 16 de febrero de 2011
Convocado por la Cátedra de Género y Comunicación Mirta Aguirre del Instituto Internacional de Periodismo "José Martí", de la Unión de Periodistas de Cuba, con el objetivo de incorporar en comunicadores y comunicadoras la perspectiva de género en el análisis de la realidad social para enfrentar las situaciones de su quehacer profesional.
Para más información y solicitudes, dirigirse al Instituto Internacional de Periodismo "José Martí", a:
Rebeca Cabrales:
eventos@prensaip.co.cu, adjuntando currículo vitae y fotocopia de su certificado de estudios universitarios. Fecha límite para solicitudes: 20 de enero de 2010