sábado, 9 de agosto de 2008

VALORES HUMANOS COMO SIMBOLO DE CAMBIO

Porhttp://www.somosjovenes.cu/index/semana61/papa.htm
Una intimidad tierna y respetuosa entre padre e hijo es perfectamente posible.
El criterio del “papá ausente” o de que “padre es cualquiera” va cayendo en desuso. No queremos decir con esto que hayamos desterrado por completo los patrones de una estructura todavía patriarcal ni nada por el estilo; solo que se evidencia que aquella jerarquía del machazo fuerte, impenetrable y carente de sentimientos que representaba el padre de antaño, está desmoronándose poco a poco.De hecho, hoy día muchas niñas, niños, adolescentes y jóvenes ven en la figura paterna alguien con quien poder contar, conversar, e incluso intercambiar ciertas confesiones “calientes”, cosa impensada hace unas décadas.Lo anterior está dado porque evidenciamos notables cambios sociales en cuanto a roles sexuales asignados durante años, siglos, milenios… y, aunque falta mucho por alcanzar, se dan saltos cualitativos.Lo asignado Ser padre tiene, y ha tenido, históricamente, un costo muy alto, sobre todo porque la sociedad no prepara al varón para tal desempeño.Generalmente los niños han sido entrenados en función de que cuando crezcan sean los superhombres proveedores, protectores y sostenedores de la familia; pero en asuntos relativos a la crianza, alimentación y el cuidado de los hijos quedan emocionalmente desfasados en comparación con las féminas.El juego con muñecas es aceptado como “jugar a ser mamá”, mientras que las habilidades del “macho” ,como futuro padre, estarán encaminadas a poner “mano dura”.En consecuencia, ambos sexos crecen con patrones inculcados desde la infancia para desempeñar roles muy bien definidos que, en muchos casos, privan a los hombres del disfrute de los hijos desde una intimidad tierna y cariñosa.¿Y al final? Encontramos estos padres que cualquiera ha visto por la calle: ambivalentes, orgullosos de tener hijos, pero con limitada incidencia sobre ellos; el que solo sale a relucir para los castigos más severos o, en el mejor de los casos, aquel que vive con su prole y sin embargo, carece de voz y voto porque la encargada de la crianza es la madre.Rompiendo esquemasDiversos estudios sobre los roles masculinos recogen las afectaciones emocionales de un padre fantasma, ese que ningún joven desea tener. La revista Sexología y sociedad, del Centro Nacional de Educación Sexual, en su edición número 4 de 1996, apuntaba que “la paternidad distante periférica los priva [a los hombres] de grandes cuotas de goce, disfrute y pertenencia para con los hijos”.Afortunadamente, se rompen esquemas. Ya en muchos concursos infantiles de pintura con el tema de la familia, los pequeños abandonan la acostumbrada postura del padre ausente, leyendo el periódico, fumando o viendo la televisión, para ubicarlo vinculado a tareas hogareñas como la limpieza de la casa, tendiendo la ropa o ayudando a los hijos a estudiar.No obstante, en los patrones estereotipados de funciones, sigue primando el arquetipo sexual tradicional y diferenciado, propio de una educación sexista.“Es por ello —apunta la mencionada fuente consultada— que cuando un padre rompe con el estereotipo, asumiendo otras actividades, las personas suelen decir: Es una madre para sus hijos”.Padres de nuevo tipoResulta significativo que un alto número de muchachas y muchachos se refieran a sus papás con el cariño que brota de una comunicación fluida, sin que con ello se fracture el respeto mutuo.Parece que las transformaciones hacia formas más adecuadas de convivencia auguran un buen final. Baste el criterio de esta adolescente, de quien reproducimos fragmentos de una carta relativa a su padre: “Mi papá se comporta muy bien con mis amigas (os). Conmigo él es bueno, agradable y juguetón. Mis amigas me dicen que quisieran tener un padre como el mío. […] A veces se pone de mal humor cuando hago algo malo. Es sencillo y, además, me ha dado parte de la educación que está formada en mí. Se preocupa mucho por mí en la escuela y además asiste a todas las reuniones de padres. “Su cara es linda para el que quiera verla así. […] Me deja tener amigos formales, es decir, tener novio. Dentro de sus posibilidades me brinda todo lo que está al alcance de su mano. […]También me explica que, aunque soy menor de edad, debo estar protegida en la calle. Me dice que debo comportarme lo mejor posible en las casas y no me exige nota, pero me dice que si aspiro a una buena carrera soy yo la que sé qué nota debo coger. Mi papá es el mejor padre del mundo”.Indiscutiblemente, un padre diferente para tiempos diferentes.

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